Recap | La casa del dragón | El Señor de las Mareas (T01E08)

Una discusión sobre Marcaderiva conlleva a más derramamiento de sangre en La casa del dragón.

Viserys Targaryen (Paddy Considine)

¿Estabas cansado de los saltos en el tiempo? Tendrás que acostumbrarte, ya que nuevamente, la serie precuela de Juego de Tronos nos hace viajar otros seis años hacia el presente. En el episodio anterior,  Rhaenyra (Emma D'Arcy) se casó con su tío, Daemon (Matt Smith), después de fingir la muerte de su exmarido, Laenor Velaryon.

Pero eso no es todo. Muchas cosas han cambiado en La casa del dragón, y detalles importantes no fueron mostrados en pantalla.

El primer hecho es que, Rhaenyra todavía está casada con Daemon. Desde la última vez que los vimos, han tenido dos hijos, Viserys (llamado así por su padre) y Aegon (por el conquistador). En este episodio, está embarazada de su tercer hijo con Daemon.

Rhaenyra y su estirpe viven en Rocadragón con los hijos de Laenor (o más bien, de Harwin Strong), los príncipes Jacaerys, Lucerys y Joffrey.

Para sorpresa, el rey Viserys (Paddy Considine) todavía está vivo, aunque es una cáscara marchita de lo que algún día fue. Cuando no está drogado con leche de amapola, se esconde detrás de una máscara dorada que cubre la mitad de su rostro erosionado por la enfermedad.

A pesar de afirmar que no tiene el control del reino, es obvio que la Reina Alicent (Olivia Cooke) ahora gobierna Desembarco del Rey con su padre, la Mano del Rey Otto Hightower (Rhys Ifans). Se han sumergido bastante en la Fe de los Siete, llegando incluso a cambiar la "heráldica Targaryen" del castillo, como la llama Daemon, por estrellas de siete puntas que honran a los nuevos dioses.

Su hijo, el príncipe Aegon II (Tom Glynn-Carney), está casado con su hermana, la princesa Helaena (Phia Saban), aunque le es descaradamente infiel. Por otro lado, el príncipe Aemond (Ewan Mitchell) se ha convertido en un luchador feroz y ágil, aunque todavía usa un parche en el ojo, un recordatorio del ojo que perdió a manos de la joven Lucerys.

Una vez esclarecido esto, podemos comenzar.

Baela (Bethany Antonia) y Rhaenys Targaryen (Eve Best)

El episodio inicia en Marcaderiva, donde nos enteramos de que Lord Corlys (Steve Toussaint) ha resultado gravemente herido durante la batalla en los Peldaños de piedra contra la Triarquía. Ha estado en el mar tantos años, por lo que Rhaenys (Eve Best) gobierna en su lugar. Después de llevar a sus marineros a una emboscada, sufrió un corte en el cuello y una fiebre que probablemente lo mate. Su hermano, Vaemond (Wil Johnson), anima a Rhaenys a considerar quién será el próximo Señor de las Mareas si muere.

Resignada al hecho de que nunca será ella, nombra a Lucerys Velaryon, hijo de Laenor. Es lo que deseaba Corlys. Vaemond insinúa lo que ella (y el resto del reino) no dirán, para no ser acusados ​​de traición: Lucerys no es un verdadero Velaryon. "Tengo la misma sangre que la Serpiente Marina", dice. "Mi hermano solo se preocupa por los libros de historia, pero ¿qué hay de la línea Velaryon?" Quiere Marcaderiva para él.

Baela, que ahora es la pupila de Rhaenys, envía una nota a Rhaenyra y Daemon, informándoles que Vaemond reclamará el trono de Marcaderiva. Saben que esto significa que desafiará la legitimidad de la sangre Velaryon de Lucerys y, por extensión, también la de Jacaerys y Joffrey. Rhaenys sigue siendo un comodín. "Ella no nos quiere", dice Rhaenyra, quien sabe que Rhaenys sospecha de ellos por la "muerte" de Laenor. Daemon, por otro lado, es optimista, ya que Rhaenys ha tomado su hija Baela bajo su protección.

Viajan a Desembarco del Rey para defender el reclamo de Lucerys sobre Marcaderiva, pues saben que solo el rey Viserys puede asegurar el puesto. Desafortunadamente, el rey delirante y drogado no está en condiciones de afirmar a Lucerys como heredero de Marcaderiva. Eso deja la decisión a Alicent y Otto, quienes supervisan un pequeño consejo que parece estar dispuesto a aceptar el reclamo de Vaemond. Lucerys, después de todo, no puede comandar una flota si van a la guerra. Y la guerra se avecina.

Pero Alicent tiene otras cosas en mente. Una sirviente llora a sus pies, aterrorizado de decirle a la reina que Aegon II la agredió sexualmente. Alicent le dice a la mujer que le cree, pero que es mejor no contarle a nadie la situación. "Podrían pensar que eres el tipo de chica que podría haberlo atraído primero", advierte. Alicent recompensa su silencio con un poco de oro y una taza del mismo té lunar que le sirvieron a Rhaenyra después de su cita con Criston (Fabien Frankel). Aegon II se pinta a sí mismo como la víctima cuando Alicent lo reprende. "Hice todo lo que me pediste", dice. "Nunca será suficiente para ti o para tu padre".

En otro lado del castillo, Rhaenyra se encuentra con Rhaenys, quien también llegó a Desembarco del Rey para la petición de Marcaderiva. Rhaenyra quiere saber cuál es la posición de Rhaenys en cuanto a la sucesión: ¿seguirá apoyando el reclamo de Lucerys o respaldará a Vaemond? ¿O se defenderá sola? Rhaenys mantiene sus cartas cerca de su pecho, pero expresa su sospecha sobre el papel de Rhaenyra en la muerte de Laenor. “Yo no ordené su muerte, ni fui cómplice de ello, te lo juro”, dice Rhaenyra. No está mintiendo, pero tampoco está siendo del todo honesta.

Ella le hace una oferta dificil de rechazar. Si Rhaenys respalda el reclamo de Lucerys, Rhaenyra hará los arreglos para que Jacaerys y Lucerys se comprometan con Baela y Rhaena, asegurando así que la sangre de Velaryon gobernará tanto los Siete Reinos como Marcaderiva. Rhaenys escucha, pero no se compromete.

Al día siguiente, todos se reúnen en la Fortaleza Roja para hablar sobre Marcaderiva. Otto sustituye a Viserys, que no está a la vista. Vaemond, quien habla primero, pone sus cartas sobre la mesa. "La verdadera e intachable sangre de la Casa Velaryon corre por mis venas", declara. Rhaenyra se apresura a jugar a la defensiva, alegando que la sangre Velaryon de Laenor corre a través de sus herederos. Todo el mundo sabe que es falso, pero ¿se arriesgará Vaemond y decirlo?

Justo cuando Rhaenyra comienza a defender a Lucerys, las puertas se abren para revelar a Viserys. Enfermo y marchito, cojea hacia el trono, la corona se le cae de la cabeza. Una vez allí, expresa confusión. La sucesión, dice, está resuelta. La única capaz de ofrecer información sobre los deseos de Lord Corlys es su esposa, Rhaenys.

Cuando ella habla, es para afirmar en favor de Lucerys. Ella acepta públicamente la propuesta de Rhaenyra de casarse con Jacaerys y Lucerys para comprometerse con Baela y Rhaena. "El asunto está resuelto... de nuevo", entona Viserys.

Esto, sin embargo, no le sienta bien a Vaemond, alegando que Viserys violó la ley y "siglos de tradición" para convertir a Rhaenyra en su heredera. "No te atrevas a decirme quién merece heredar el nombre Velaryon", dice. "No lo permitiré." Mientras la ira de Vaemond hierve, Daemon siente su necesidad de decir la verdad sobre Lucerys.

"Dilo", dice Daemon. Así lo hace Vaemond. "Sus hijos son bastardos", declara, "y ella es una puta".

Un Viserys indignado, pero débil se levanta, con el cuchillo desenvainado. "¡Tendré tu lengua por eso!", el grita. Sin embargo, antes de que pueda bajar del trono, Daemon corta la cabeza de Vaemond en dos. Viserys se derrumba. El asunto está resuelto. Otra vez.

Antes de las peticiones, Viserys le indicó a Otto que reuniera a toda la familia para cenar. A pesar de la violencia que acaba de ocurrir, la comida continúa según lo planeado. Se hace un brindis para celebrar los nuevos compromisos y Viserys está lo suficientemente bien como para pronunciar un discurso. Se quita la máscara, revelando el alcance de su podredumbre facial. Viejo y vulnerable, le ruega a la familia que se desprendan de los "enfermos sentimientos en nuestros corazones". El reino no puede subsistir, dice, "si la casa del dragón está dividida".

Rhaenyra aprovecha la oportunidad para hacer las paces. Ella brinda por Alicent, ofreciendo una disculpa. Alicent le devuelve el favor y le dice a su vieja amiga que será una "buena reina". Hay baile y bebida. Por un momento, todos parecen llevarse bien, incluso después de que Viserys se enferma y se lo llevan.

Un brindis sarcástico de Aemond, desafortunadamente, estropea el ambiente, y los chicos pronto están peleando: viejos resentimientos hechos nuevos. Daemon y Alicent se separan y Rhaenyra se ofrece a llevar a los niños de regreso a Rocadragón. Pero ella promete volver sobre su dragón; tal vez puedan reparar lo que ha estado roto durante tanto tiempo. "Al rey ya mi nos gustaría eso", dice Alicent.

Si bien, toda la tensión fue contenida, los fieles seguidores de Juego de Tronos saben que la paz no dura en Poniente.

Previamente en el episodio, Rhaenyra habló con Viserys mientras se encontraba en un estado de delirio. "La Canción de Hielo y Fuego, ¿crees que es verdad?", ella le preguntó. "Me dijiste que era nuestro deber mantener el reino unido contra un enemigo común, pero al nombrarme heredera dividiste el reino". Ella pensó que quería ser reina, pero la carga es demasiado pesada.

Drogado y distante, Viserys no respondió en ese momento. Sin embargo, mientras Alicent lo atiende en la escena final, él le da la respuesta que Rhaenyra estaba buscando. Desafortunadamente, sus palabras salen confusas. En fragmentos, relata la profecía y menciona a Aegon. Está hablando de Aegon el Conquistador, su antepasado que hizo la profecía, pero Alicent no lo sabe. Y cuando Viserys menciona al "príncipe prometido", es probable que Alicent crea que se está refiriendo a su hijo, Aegon II. "Eres tú", murmura. "Tú eres el elegido. Debes hacer esto".

"Lo entiendo, mi rey", dice Alicent. ¿Pero qué entiende ella? ¿Cómo está interpretando estas palabras? Eso es lo que queda por preguntarnos mientras la imagen se vuelve negra e inicia la Danza de los dragones.

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