- LA FINCA de Charles Lindbergh, iluminada por una fuerte luz de tonos naranja, parecía un castillo en llamas en esa oscura y lóbrega región de Jersey.
- A PRIMERA HORA DE LA MAÑANA del 21 de diciembre de 1992 me encontraba, rebosante de alegría.
- No importa cuántas veces uno haya hecho este tipo de trabajo; no por eso resulta más fácil.
- Saqué del bolsillo mi grabadora de audio y me dediqué a registrar mis primeras impresiones.
- Hay gente llorando en la calle, y dentro de unos días es Navidad.
- Sobrevive para pelear un día más.
- Recordó, entretanto, una vieja canción de los Chambers Brothers: «Es la hora».
- La telaraña que había ido cubriendo mi cerebro comenzó a desaparecer.
- Era enorme, negra como la noche, como salida de la mismísima noche.
- Un cartel que dice: EL SEÑOR AYUDA A LOS QUE SE AYUDAN A SÍ MISMOS. ¡ENTRA YA!
- Janelle adora los abrazos más que nadie en este mundo. Por eso consiguió uno de sus apodos, Velcro.
- Tan solo éramos dos personas que estaban solas, en un lugar extraño, una noche muy extraña en la vida de ambos.
- —Alex, creo que tenemos que hablar —dijo al final.
- La Verdad está totalmente a favor de la defensa.
- Era como caminar por el borde de un abismo y si bien podía ayudarlo, también podíamos caernos los dos.
- Nunca desaprovecho una oportunidad de callarme.
- Puedo llegar a ser tan filosófico como cualquiera cuando me bebo una cerveza fría.
- Me di cuenta de que alguien nos observaba. Sin mover la cabeza, miré hacia la derecha. Había otra persona en el bosque.
- Me tentó la idea de despertarla para decírselo; para hablarle de todo y de nada.
- «¡Quiero ser alguien!».
- Me miró como si pudiese ver mi alma. Sabe quién soy. Me conoce, quizá mejor que yo mismo.
- Ser él mismo el miedo.
- Oí un ruido, muy leve, en alguna parte. Sí, no cabía duda, alguien andaba por la casa. No era la nevera.
- —¿Quién eres? —le pregunté.
—Soy Gary… Gary Murphy —dijo.
- Jaque mate.
- El Hombre de la Mantequilla de Cacahuete no ha muerto.