- A los veintidós años, en primavera, Sumire se enamoró por primera vez. Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura.
- Si de la imperfecta vida humana desaparecieran todas las cosas inútiles, la vida dejaría de ser, incluso, imperfecta.
- Era una romántica incurable, era intransigente, cínica y, dicho con un eufemismo, una ingenua.
- Y, poco a poco, esa atracción fue mudando hacia un sentimiento sin retorno.
- Incluso soñaba que, en realidad, era a ella a quien tenía entre mis brazos.
- —Kerouak, Kerouak… ¡Ah! Ese debe de ser un sputnik, ¿verdad?
- Fue una sonrisa íntima, añorada durante largo tiempo, como arrancada del fondo de algún cajón.
- A partir de aquel momento, y en su fuero interno, Sumire empezó a llamar a Myû «Sputnik, mi amor».
- Sumire se esforzó en grabar los rasgos de la madre en su cabeza. Tal vez así lograra encontrarse con ella en sueños.
- Vivía con el mínimo número de muebles y el máximo de libros.
- Quizás esté escondido en algún rincón. Quizás haya emprendido un largo viaje y se haya olvidado de regresar. Pero enamorarse, al fin y al cabo, no tiene ninguna lógica.
- Le tiró con suavidad de la barbilla y la miró. Igual que si estuviera en un museo, plantada ante un cuadro que le gustara, contemplándolo.
- Cuando me enfado, tengo tendencia a romper cosas. Platos, lápices, despertadores. Después me arrepiento.
- ¿Cuál es la diferencia entre «signo» y «símbolo»?
- Te pareceré estúpida diciéndotelo así, pero la verdad es que me he enamorado.
- —Si se inventara un coche que funcionase con bromas estúpidas, tú llegarías bastante lejos.
- En el fondo de sus pupilas, diversas corrientes mudas se desafiaban entre sí como el poso que deja el torrente.
- —¿Cerrar la tapa del piano?
—Es una metáfora.
- Cuando escribes sobre una pequeña habitación llena de humo de tabaco, al leerlo realmente te cuesta respirar.
- Unas frases tan llenas de vida como esas no puede escribirlas cualquiera.
- Sonó como si alguien estuviera recitando para sí mismo un poema bucólico en medio de un campo de calabazas.
- Más que hablar, estaba pendiente de cada una de las palabras que brotaban de sus labios.
- Frente a ella olvidaba momentáneamente mi eterna soledad.
- La mayoría de personas de este mundo se encuadran a sí mismas dentro de una ficción.
- Hasta el punto de que podría arrancarme mi inmaculado corazón y enseñártelo.
- Pero hay una cosa que sí tengo clara. Y es que me gustaría que estuvieses conmigo.
- ¿Es posible que tengas un efecto curativo sobre mí?
- A lo mejor estaba tumbada en la arena contemplando las blancas nubes que flotaban en el cielo.
- El fondo era de cartón piedra y las estrellas de papel de estaño. Eran visibles el celo y las cabezas de los alfileres que las sostenían.
- Éramos casi dos ceros sin límites.
- Ahora solo me quedaba esperar a que el barco me condujera a mi destino.
- En sus labios se dibujaba una sonrisa dulce, como si insinuara un preciado secreto.
- Era una vista impresionante, digna de ser recortada con tijeras y clavarla con alfileres en la pared de los recuerdos.
- ¿Sabes qué significa sputnik en ruso? En inglés sería travelling companion. Compañero de viaje.
- Olvidarlo y querer a otro era algo que yo no podía hacer.
- No éramos más que dos solitarios pedazos de metal trazando su propia órbita cada una.
- Un nuevo sol llenaba el mundo de una nueva luz.
- Yo solo escribía porque no podía estar sin escribir.
- Ha dejado de importarme, incluso, la diferencia entre lo que sé y lo que no sé.
- La comprensión no es más que un conjunto de equívocos.
- ¿Puedes tú distinguir entre la lluvia que cae y la soledad?
- Su belleza le oprime el corazón en silencio.
- Y yo decidí que, para vivir en este mundo, debía hacerme fuerte.
- El tiempo se detuvo y esa imagen quedó impresa, con toda nitidez y para siempre, en las paredes de mi memoria.
- «Hacemos cosas que no se pueden traducir en palabras»
- ¿Por qué tenemos que quedarnos todos tan solos? Pensé. ¿Qué necesidad hay? Hay tantísimas personas en este mundo que esperan, todas y cada una de ellas, algo de los demás, y que, no obstante, se aíslan tanto las unas de las otras. ¿Para qué?
- En aquel cielo teñido de un profundo color vino empezaban a brillar ya las estrellas.
- Unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encontraban, se cruzaban y se separaban para siempre.
- Las palabras me salieron espontáneamente del corazón.
- Los libros y la música se convirtieron en mis mejores amigos.
- No era el calor de la vida, sino la quietud del recuerdo.
- Sueño. A veces pienso que es la única acción correcta que puedo hacer. Soñar, vivir en el mundo de los sueños…
- Estamos mirando la misma luna del mismo mundo. Estamos ligados a la realidad por una sola línea. Seguro. Solo tengo que ir tirando de ella en silencio.
- Quizá se haya filtrado ya hacia algún lugar.