Britney Spears, conocida como la princesa del pop, ha compartido detalles sobre uno de los papeles que rechazó en su carrera, uno que se convirtió en un clásico del cine romántico.
A lo largo de los años 90 y principios de los 2000, Britney Spears era una de las figuras más reconocidas a nivel mundial, no solo en la música, sino también en el mundo del cine y la televisión. Desde sus inicios en programas como Star Search en 1992 hasta su participación en películas como Crossroads, la cantante exploró diferentes facetas de la industria del entretenimiento.
En su nuevo libro “The Woman in Me” (a través de People), Spears revela que estuvo muy cerca de protagonizar el personaje de Allie en la película “Diario de una pasión” (The Notebook) en 2004, un papel que finalmente recayó en Rachel McAdams.
Spears comentó sobre esta experiencia: “Ese fue prácticamente el principio y el final de mi carrera como actriz, y me sentí aliviada. El casting de Notebook recayó entre Rachel McAdams y yo, y aunque hubiera sido divertido volver a conectar con Ryan Gosling después de nuestro tiempo en el Mickey Mouse Club, me alegro de no haberlo hecho. Si lo hubiera hecho, en lugar de trabajar en mi álbum ‘In the Zone’, habría estado actuando como una heredera de los años 40, día y noche”.
La cantante también reflexionó sobre su experiencia actuando y cómo la afectó: “La experiencia no fue fácil para mí. Mi problema no era con nadie involucrado en la producción, sino con lo que la actuación le hacía a mi mente. Creo que comencé a actuar con el método, solo que no sabía cómo salir de mi personaje. Realmente me convertí en esa otra persona. La gente actúa con el método, pero generalmente son conscientes del hecho de que lo están haciendo. Pero yo no tuve ninguna separación en absoluto. Fui otra persona durante meses mientras filmaba Crossroads”.
Además, Spears compartió cómo esa experiencia la hizo sentir: “Aún hoy, apuesto a que las chicas con las que filmé esa película, piensan: 'Ella es un poco… peculiar'. Si pensaron eso, tenían razón. Espero no volver a acercarme nunca más a ese riesgo ocupacional. Vivir de esa manera, siendo mitad uno mismo y mitad un personaje ficticio, es un desastre. Después de un tiempo ya no sabes lo que es real”.