Las mejores frases | Sueños olvidados y otros relatos (Vergessene Träume), de Stefan Zweig



Sueños olvidados (1900)

  • La villa se hallaba muy cerca del mar.
  • Los ojos lanzan chispas regocijadas al recordar días de juventud ya lejanos, por completo olvidados.
  • El dulce y leve perfume del primer amor de juventud semisecreto había renacido en ellos con toda su dulzura embriagadora, como un sueño.
  • El cielo sumergía su vestido azul pálido en la oscura magnificencia de las olas.
  • Sueños son como delicadas pequeñas flores blancas, que se lleva el primer aliento de la realidad.
  • Destrozados por los miles de ruedas cuyos carruajes persiguen el objetivo de la vida.
  • Y despacio, muy despacio, sin que ella se dé cuenta, la sonrisa se apaga sobre sus soñadores labios…

La estrella sobre el bosque (1904)

  • Y, sin embargo, fue uno de esos segundos que abarcan miles de horas y de días llenos de júbilo y tormento.
  • Un amor sin reflexión, que solo sueña y no piensa.
  • Los sueños de seres como él son como barcas sin timón, que van a la deriva.
  • Creyó que iba a asfixiarse en el vaho turbador y cálido de las flores.

Historia en la penumbra (1911)

  • La noche de verano brillaba como una vela blanca.
  • Ignora quién es esa mujer que le ha asaltado en la oscuridad con su amor.
  • Bebe la voluptuosidad de sus labios precipitándose en las ascuas misteriosamente placenteras de un abrazo sin palabras.
  • El amor quizá no posee momentos más bellos y recogidos que estos sueños pálidos de duermevela.
  • Llevan en su interior las imágenes sobre las que descansa constantemente su mirada.

Angustia (1920)

  • Una mentira bien pensada de antemano y resistente a todas las posibilidades de examen.
  • Vio un indicio de ese mundo superior qué multicolor le salía al encuentro en los libros.
  • Se asomó por encima del borde de sus sentimientos cotidianos para contemplarlo.
  • Su miedo golpeaba con tímido martillo en los recuerdos más insignificantes para que le abrieran la cámara secreta de ese corazón.
  • Los barrotes invisibles del horror, erigidos ahora alrededor de su vida, tenían que ser rotos alguna vez.
  • Una pequeña palabra: perdóname.
  • El miedo es peor que el castigo, porque este es algo concreto y ya sea mayor o menor, siempre será mejor que la horrible incertidumbre.

La colección invisible (1925)

  • No le destruya esta última ilusión, ayúdenos a hacerle creer que todas las láminas que le va a describir aún están ahí…
  • Su visión era tan poderosa que hasta yo empecé a creer en ella.

Confusión de los sentimientos (1927)

  • Rodeado de libros, despreciaba los libros.
  • Aprendí con inusitada rapidez a hacer el vago.
  • Ciertas palabras que son verdaderas una sola vez.
  • Ese circus maximus en el que las fieras salvajes de los sentimientos se desgarran mutuamente.
  • —La pausa también es parte de la música.
  • Olvidé darle las gracias con una palabra.
  • La juventud siempre tiene razón. El que cede a su ímpetu es sabio.
  • Un dios más apacible le había alisado hoy las arrugas y los surcos del corazón.
  • Solo la profundidad del agua y la profundidad del sentimiento humano son capaces de poseer.
  • El bloque de hielo seguía inmóvil encima de mi corazón.
  • Temía que descubrieras todo lo que te aprecio…
  • ¿Es comodidad, cobardía o miopía la que les induce a dibujar solo el borde superior iluminado de la vida?
  • Y de repente esa voz enmudeció, y entre nosotros solo hubo oscuridad.

Mendel, el de los libros (1929)

  • No logré alcanzar ese recuerdo perdido y ahogado en mí mismo.
  • Así como el astrónomo solitario en su observatorio contempla cada noche a través de la diminuta rendija del telescopio las miríadas de estrellas, así Jakob Mendel miraba desde su mesa cuadrada a través de sus gafas al otro universo de los libros, que también gira constantemente y se transforma, a ese mundo más allá del nuestro.
  • Todo lo extraordinario e indomable de nuestra existencia se plasma únicamente por la concentración interior.
  • ¿Para qué vivimos si el viento que sigue a nuestro zapato ya borra nuestra última huella?
  • El recuerdo siempre une, y doblemente cada recuerdo en amor.
  • Solo se escriben libros para, más allá del propio aliento, comunicarse con otros seres humanos, y así defenderse de la otra cara implacable de la vida: la fugacidad y el olvido.
Divergente

En Divergente encontrarás noticias recientes sobre literatura, adaptaciones, series de televisión, películas y videojuegos.

Publicar un comentario

¡Deja tu comentario!
¡Tu opinión es muy importante para nosotros!
¡Exprésate con toda la libertad, pero siempre respeta la opinión de los demás!

Entrada anterior Entrada siguiente