Mientras el mundo anticipa el estreno de “Los asesinos de la Luna” esta semana, Martin Scorsese, el venerado director, ya está forjando planes para su próximo y ambicioso proyecto.
Aunque Scorsese ha discutido la idea de retirarse, particularmente con Quentin Tarantino, uno de sus colegas más destacados, quien se encuentra trabajando en su última película, parece que el legendario cineasta no tiene intenciones de alejarse de la pantalla grande. Más bien, ya está tejiendo una nueva narrativa.
Para su próximo filme, Scorsese se reunirá nuevamente con uno de sus actores favoritos, quien encabeza el elenco de “Los asesinos de la Luna”. Nos referimos a Leonardo DiCaprio, quien, después de Robert De Niro, se ha convertido en una musa invaluable para Scorsese.
En una entrevista con The Times, Scorsese confirmó que su próximo proyecto llevará por título “The Wager”. La película se basa en un libro publicado en 2023 titulado “The Wager: A Tale of Shipwreck, Mutiny, and Murder”. Una vez más, Scorsese aborda una narración de no ficción, esta vez centrada en un barco británico que partió de Inglaterra en 1740. Su misión: perseguir un tesoro perdido en las tierras de América del Sur. Sin embargo, la travesía se convierte en un desafío cuando el barco naufraga en una remota isla cercana a Argentina, dejando a la tripulación varada.
Tras meses de lucha contra el hambre, los hombres construyen una frágil embarcación y navegan durante más de cien días, recorriendo casi 3.000 millas a través de mares atormentados por tormentas.
A su regreso, son recibidos como héroes, pero la historia se complica. Seis meses después, otra embarcación aún más deteriorada llega a las costas de Chile. Este barco transporta solo a tres sobrevivientes y su relato es radicalmente distinto. Los treinta marineros que desembarcaron en Brasil no son celebrados como héroes, sino acusados de amotinados.
El primer grupo responde con sus propias acusaciones, señalando a un oficial superior como un tirano y asesino, junto con sus secuaces. La anarquía prevaleció entre la tripulación varada en la isla, y facciones en conflicto lucharon por el control de la árida naturaleza.
Las acusaciones de traición y asesinato se dispararon, lo que llevó al Almirantazgo a convocar un consejo de guerra para discernir la verdad. En juego se hallaba la vida o la muerte, ya que aquel a quien el tribunal declarara culpable enfrentaría la horca.